Racismo a la mejicana
Desigualdad arraigada
“No
tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre”, “Hay que mejorar la
raza”, o el tan conocido dicho de algunos chihuahuenses: “De Cd. Jiménez hacia
el sur todos son chilangos”, son solo algunas muestras del dolor mejicano, no
que latinoamericano, como herida que se niega a cerrar producto del violento
mestizaje.
Hay
que tener presente la diferencia entre la colonización y la conquista, aunque
las dos son manifiestos atropellos sobre una cultura invadida, la segunda es
sin duda, la más hiriente, ya que cuando el conquistador se presenta ante el
pueblo conquistado, le arrebata de forma por demás tremenda tres valores, a
saber:
ü
Su idioma
ü
Su Religión
ü
Sus raíces
Cuando
el conquistador Hernán Cortes en 1504 llego a la recién descubierta América, lo
hizo con el brío y determinación, así como con el valor y profundo coraje que
caracteriza a los grandes, con escasos medios y sin apenas más apoyo que su
inteligencia e intuición militar y diplomática, logró reducir al dominio español en solo dos años al esplendoroso Imperio
Azteca, poblado según algunas
estimaciones en quince millones de habitantes.
La
tarea de conquistadores, compuesto por militares y sacerdotes católicos, así
como ciudadanos peninsulares movidos por la ambición desmedida por las riquezas
de América se basó en imponer su lengua a los indios, se les intento enseñar el
castellano, cosa que el mestizo no pudo aprender a plenitud, ya que como dice a
los mestizos un indio oaxaqueño de la región istmeña con un dejo de dolor:
“Nosotros si tenemos un idioma propio, y no hablamos una lengua extraña mal
aprendida”.
El
segundo valor hurtado al indígena fue sin duda, su religión, se impone con lujo
de violencia física y psicológica la religión católica, se destruyen templos “paganos”
y castiga a quienes se reúsan a practicar el catolicismo.
El
tercer atropello fue el borrar las raíces del pueblo Mexica, ya que en su
intento por destruir la identidad del pueblo conquistado, los españoles sepultaron
sus ciudades y templos, y encima construyeron sus ciudades. Con estos tres
actos quebraron la identidad del indígena, y borraron ese orgullo de pertenecer
a una raza pura.
La misión
encomendada por los Reyes católicos en definitiva no resultó para nada fácil a
Don Hernán, a quien diversas condiciones favorables lo acompañaron en el
cumplimiento de su responsabilidad. Es necesario decir que movido por la
ambición y la sed de honores y riquezas, cometió abusos y violentos atropellos,
al igual que otros conquistadores. Pero, de todos ellos, Cortés fue el capitán
más culto y más capaz, y aunque ello no sirva de atenuante, lo impulsó también
un gran fervor religioso; su conciencia moral llegó a plantearle si era lícito
esclavizar a los indios, una duda insólita en los albores de la colonización de
América.
Es
duro para el mestizo, y es un aspecto pocas veces abordado, el saber que el
mestizaje es en esencia, el producto de una violación del español a la india
americana, es así como surge el moderno poblador de la América india. Esa
sangrante herida es quizá, la que mueve al mestizo a segregar al indígena puro,
la falta de aceptación del hecho que ante los ojos de un anglosajón todos los
mexicanos, independientemente del color de su piel son latinos, y esa es una
verdad palmaria, los blancos se hallan en los países nórdicos, en México
habitan latinos.
Sin
duda el carácter racista de la sociedad mejicana es un fenómeno incuestionable,
que surge desde los primeros días de la Colonia, cuando las clases dominantes
establecieron un denigrante sistema de castas justificando así sus privilegios.
Es
cierto, el discurso en su forma ha cambiado en más de 400 años, no obstante, en
su fondo sigue manifestándose toda vez que esas jerarquías quedaron
profundamente arraigadas, estableciendo en el imaginario de la sociedad
mejicana el concepto de raza, dejando de manifiesto el espíritu de inferioridad
o superioridad dependiendo del color de ojos y piel, y por supuesto de la
estatura física.
El
racismo en Méjico se ha tratado de invisibilizar con la idea que los mejicanos
somos una sociedad mestiza, donde todos somos iguales, donde todos tenemos un
lugar, sin embargo se trata de pasar por alto el innegable hecho que los
lugares más preponderantes, y los mayores privilegios parecen estar destinados
para quienes en principio de cuenta tienen un aspecto que se aleja de “lo
indio” y se acerca a lo blanco, además, el camino parece allanarse si a lo
anterior le agregamos que se tiene un apellido extranjero.
El
asunto del racismo en nuestro país es más de asimilación que de segregación.
Un
rasgo importante y singular de este fenómeno a nivel local es que, a
diferencias de naciones donde las diferencias étnicas son profundamente
marcadas, en Méjico las posibilidades de combinación son enormes, lo que
permite que se presente un fenómeno interesante, ya que una persona puede ser
discriminada en un ámbito, pero privilegiada en otro. En un contexto Juan podría
ser el güero del grupo, sin embargo si se presenta en otro grupo podría llegar
a ser el moreno, y en un tercer grupo podría llegar a estar igual que los demás.
La relatividad anterior permite que Juan pueda pasar de victima a victimario
con solo cruzar la banqueta, es posible que no lo dejen entrar a un antro por
ser moreno, pero a su vez él podría sentirse incomodo de viajar en el
transporte público junto a trabajadores más morenos que él.
El
racismo en Méjico es una práctica sumamente cotidiana, sin embargo no se habla
de ello a nivel institucional y pocas personas lo admiten, la Encuesta Nacional
sobre Discriminación en Méjico 2010, que realiza el Consejo Nacional para
Prevenir la Discriminación (Conapred) arroja que cerca del 25% de la población
nacional no estaría dispuesta a vivir con alguien de una raza distinta o una
cultura diferente.
Más
de la mitad de los mejicanos y mejicanas admiten que en el país se insulta a
alguien por el color de su piel, lo alarmante de la estadística es que el 11%
justifica que así sea, y dicen que los indígenas están pobres porque no
trabajan lo suficiente.
Por
si fuera poco, el 20% de las personas se encuentran a disgusto con su tono de
piel, 24% declararon haber sido discriminados por su apariencia física,
asimismo el 6% consideraron negativo que la sociedad este conformada por gente
de fenotipos distintos.
Estudios
como los realizados por Gillette Hall y Harry Patrinos, sobre pobreza y
desarrollo en pueblos latinoamericanos, arrojaron datos escalofriantes como el
siguiente: En Méjico un indígena con licenciatura en 1995 ganaba poco más que 3
mil pesos mensuales, en tanto que un no indígena con el mismo grado académico
devengaba más de 6 500 pesos mensuales.
En
2010 la universidad de Tejas reveló que los mexicanos de piel oscura tienen 57%
menos oportunidad de asistir a la universidad que los de tez clara, por los que
sus oportunidades en el mercado laboral se centran en la realización de
actividades como obreros, choferes y empleos domésticos.
La
impunidad es un tema que merece especial atención, es un área poco discutida y
abordada desde esta perspectiva. La discriminación por racismo es un tema que prácticamente
no se denuncia en el país, no obstante, si se llegara a presentar, no existen
los mecanismos legales claros que castiguen a los infractores. Entre los años
2011 y 2014 en Conapred solo se recibieron 15 quejas y reclamaciones por
presuntos actos de discriminación racial.
Se
antoja pensar que el raquítico resultado expresado anteriormente es porque la
Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación actualmente solo faculta
a las autoridades a sancionar a organismos públicos, pero no a individuos o
empresas particulares, quienes en realidad son más propensos a efectuar estas prácticas
retrogradas. Es cierto, se han logrado algunos avances, sin embargo, el marco
legal en las diferentes entidades del país es en extremo desigual, pues aunque
las más de las legislaciones estatales contemplan la prohibición de actitudes
racistas, en muy pocas se puede observar un mecanismo eficiente y apropiado
para actuar en consecuencia. Es lamentable que en algunos estados como Jalisco,
Nuevo León, Morelos y Sonora las agresiones y discriminación racial aún no se
encuentren tipificadas como delito. Aunque celebro el que algunas otras
entidades hayan aprobado la creación de Instituciones y leyes para combatir esa
práctica, es deleznable que no hayan destinado un solo peso del presupuesto
para hacerlas funcionar, tal es el caso de Baja California Sur, Oaxaca y
Chiapas. Es deplorable que Méjico firmó y ratificó en 1975 la Convención para
la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, sin embargo hay que reconocer con
profunda tristeza que hasta 1996 el gobierno simplemente negó que en nuestro país
existiera el racismo.
Las Barbies de
este lado
Al parecer, un indicador del carácter
racista de la población mexicana es el usar tintes que aclaren el cabello. Si
usted duda de lo anterior, lo conmino a que visite alguno de esos
establecimientos conocidos como salones de estética femenina, seguramente
hallara que en su mayoría las personas acuden para aclararse el cabello, y su
argumento es válido, los alegatos van desde el hecho de que se ven más
delgadas, hasta la idea que aparentan menos edad, y por supuesto, el que se ven
mejor. Estadísticas nos revelan que siete de cada diez mujeres en la ciudad de
Méjico se tiñen el cabello.
Asimismo, existen en el mercado mejicano
por lo menos 5 diferentes marcas de cremas y productos para aclarar la piel, en
tanto que no existe uno solo para volverla más morena, si, tal vez le parezca
extraña la idea, pero si usted frunció el ceño al leer la última frase, quizá
me dé la razón sobre el particular al darse cuenta que el concepto también esta
anidado en alguna parte de su imaginario.
En un país donde el poder adquisitivo de
la mayor parte de la población se ha visto reducido en los últimos tiempos, y
donde la abrumadora mayoría son de cabello oscuro y tez morena resulta
doblemente interesante el análisis de las estadísticas. Méjico ocupa la quinta
posición entre los países donde se realizan en mayor cantidad las cirugías
estéticas apenas atrás de Estados Unidos de Norteamérica, China, Brasil e India
con más de 400 mil intervenciones anuales. Las cirugías realizadas en mayor
número son: la rinoplastia, lipoescultura y los implantes mamarios. Existe una
tendencia patológica en el mundo de parecer unas Barbies humanas, afortunadamente
organismos y agencias de modelos han tomado medidas para detener la aceptación
de este falso concepto de belleza.
Y los
Afromexicanos?
Es cierto, cada vez que se quiere humillar
a alguien es su origen étnico un excelente blanco para hacerle creer que es de
menor valía, y si su etnia es alguna de las consideradas como indígenas pues
que maravillosa oportunidad de llamarle “María”, “Pase usted, distinguido
poblador de Xochimilco” o “y tu… indionde eres, José?”. A pesar de que el
blanco principal del racismo en Méjico son los pueblos indígenas, las
comunidades de raíces asiáticas y africanas también han sido duramente
laceradas víctimas de este fenómeno.
Aunque las comunidades de
sangre negra pueden encontrarse en cualquier punto del territorio nacional, hay
algunos Estados donde predominan, a saber: Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Coahuila.
El desconocimiento del origen e historia de estas comunidades afromexicanas,
hace que no solo se les segregue, sino
que en ocasiones se les dé el trato de un
extranjero ilegal.
Muy pocas personas saben que
el primer libertador de America se llama Gaspar Yanga, tampoco se habla de la
sange negra que corria por las venas de Vicente Guerrero, es lamentable que se
desconozca que parte de las raices de Jose Maria Morelos tienen influencia
negra. No obstante hay que reconocer que estas comunidades negras han logrado
avances en su intento por hacerse presente, recientemente los colectivos
afromexicanos consiguieron que el INEGI (Instituto Nacional de Estadistica, Geografia
e Informatica) elaborara el perfil demografico de al menos 106 comunidades
negras del hermoso Estado de Oaxaca. Tal vez seria propio el que en los censos
de poblacion y toda suerte de estadisticas se les cuente de forma adecuada y se
reconozca su identidad como pueblos negros, sin usar algun eufemismo, que en
ocasiones resulta mas hiriente para abatir un poco la negacion de su existencia
por las autoridades y el olvido historicos a que han sido victimas.
Hay otra comunidad que no
debemos pasar por alto y que cada vez tiene mayor presencia en Mexico, debe ser
considerada tanto por su numero como por su participacion economica, estoy
haciendo referencia a la comunidad asiatica, quienes tambien han sufrido acoso
y racismo, aunque actualmente no es tan acentuado como en la decada de los años
veinte, cuando, al parecer, el Gobierno del entonces Presidente Plutarco Elias
Calles de alguna manera permitio una politica de acoso en contra de los chinos
residentes en el territorio nacional. Fue en esos dias cuando tuvo lugar una
matanza en Torreon, donde al menos 300 chinos fueron victimados.
Elementos historicos como los
que presento, explican el carácter conservador de la politica migratoria
nacional, que de acuerdo a registros, hasta la decada de los ochenta le impedia
a los asiaticos reclamar la ciudadania mexicana.
Atizandole un poco mas…
ü 25 de febrero 2013 Una mujer indígena muere
víctima de una infección en la matriz después de haber estado en coma por
espacio de un año, luego que médicos adscritos al IMSS del poblado de
Miahuatlan, Oaxaca tras haberle practicado una cesárea dejaron en el interior
de la paciente unas tijeras.
ü El 6 de noviembre del 2013, la compañía Aeroméxico
impide abordar uno de sus vuelos a siete indígenas que pretendían viajar de
Oaxaca a Hermosillo, la justificación: supuestas razones operacionales. Solo
algunos meses antes, una empresa productora contratada por la aerolínea mencionada
emitió una convocatoria para realizarle promocionales televisivos, curiosamente
pidió que no se presentaran personas morenas, únicamente gente de tez blanca,
de “look Polanco”
ü 12 de noviembre del 2013, la estudiante
guatemalteca Rosa Liberta Xiap Riscajche ataviada con la vestimenta tradicional
de la etnia maya-K°iche, pretende entrar a una cafetería en la Cd. De San Cristóbal
de las Casas, Chiapas, una mesera de tez blanca de manera por demás grosera y
con tono despectivo le ordena a gritos que salga del establecimiento comercial
porque no puede entrar a vender.
ü 18 de febrero, una mujer indígena da a luz
en un jardín de un hospital del municipio de Villa Tututepec, también en el
Estado de Oaxaca, por no encontrar quien le diera servicio médico.
ü 20 de febrero del 2014, una adolescente indígena
es arrestada y sometida con exceso de fuerza por la policía del puerto de
Acapulco, el delito: haber robado una botella de agua de un supermercado. Una
vez que se conoció el asunto en las redes sociales, fueron cesados los tres agentes.
ü 26 de febrero 2014 una mujer indígena de
solo 18 años dio a luz a su hijo en el baño de un hospital comunitario en La
Paz Tejomulco, Oaxaca, luego de que el personal se negó a atenderla por
considerar que el parto no iba a ocurrir en ese momento.
ü 5 de Marzo del 2014, la Comisión Nacional
de Derechos Humanos investiga a la directora de una escuela primaria del
municipio de Tila, Chiapas, por referirse de una forma por demás despectiva a
los niños llamándolos indios y obligarlos a comer en el suelo.
Una sociedad que
criminaliza al individuo por su apariencia física, los culpa de su pobreza, los
despoja de sus recursos naturales o simplemente les niega el derecho a los
recursos de programas básicos, como los casos de mujeres que han dado a luz en
baños de hospitales públicos, es una sociedad que no puede ser justa, ni
siquiera prevalecer. Asimismo, los gobiernos leoninos que por apetencia impiden
que los recursos de programas lleguen a los más necesitados tienen necesidad de
revalorar su posición y recordar que su responsabilidad más elemental es para
con los que se hayan más desprotegidos.
Para desmontar
las estructuras del racismo, hacen falta poner en marcha programas de educación
intercultural en escuelas de nivel básico tanto privadas como del sistema público,
de igual forma, es necesario diseñar una nueva política de medios que no solo
exalte el modelo occidental de belleza, pero sobre todo, es fundamental hablar
sobre el tema.
Parte de la solución
es sin duda, exponerlo, abrir espacios donde la gente hable de sus
experiencias, ponerle palabras a lo que vives, ponerle rostro a la situación,
porque una de las claves para tolerar el racismo en Méjico es la negación,
asumirlo como una situación completamente natural, y así, justificar el
privilegio y la desigualdad social que tanto daño ha hecho a nuestra generación.
Habla del asunto
en casa, hazle saber a quienes el cielo te ha confiado en calidad de hijos de
lo lacerante que resulta esta situación a la sociedad. Inicia una campaña
personal donde mejores la imagen del mejicano en el extranjero mediante páginas
web o blogs, ayuda a que tanto los grupos étnicos de tu comunidad como los
mestizos se sientan gozosos de ser lo que son.
Recuerda que
nadie que tenga ojos oscuros puede negar que entre sus antepasados haya por lo
menos un indígena.
Lic. Luis Manuel Medel Sánchez